Expandiendo el espacio
María Luz Cárdenas
La obra de Roberto Borberg se levanta sobre una rigurosa investigación que concentra y desarrolla los principios de la modernidad en las artes plásticas y la arquitectura. El legado del suprematismo, el neoplasticismo y la Bauhaus lo lleva a alcanzar múltiples trasposiciones del espacio y sus estructuras fundamentales -su desnudez, su esqueleto. Elimina lo accesorio, lo superfluo y lo que pueda distraernos del camino para acceder a la forma y el color en sus más puras revelaciones: las líneas elementales, los colores primarios, el punto, los planos, los cubos, la geometría esencial. Bajo ello yace un ordenamiento que se concentra en la solidez de los principios geométricos, en el equilibrio de las proporciones y el ritmo entre las horizontales y verticales. El origen del trabajo es, precisamente, una reflexión que intenta superar los límites que imponen las reglas de la arquitectura: “Todo está reglamentado”, señala el artista: “el programa, los intereses del cliente, el clima, los materiales disponibles, el presupuesto, las dimensiones, las escalas y la geometría de la parcela, por nombrar las más significativas. Esas variables definen las posibilidades del proyecto. Ayudan al arquitecto a enfocarse en unos parámetros o reglas de juego bajo las cuales será proyectada una determinada edificación. Del mismo modo existen otras limitaciones ligadas a las leyes de la física y los avances tecnológicos. Entre ellas están las resistencias de los materiales, las cargas estructurales, las instalaciones eléctricas, mecánicas, sanitarias, por mencionar algunas. Son condicionantes del diseño”. De ahí que Roberto haya querido iniciar sus propias exploraciones espaciales sin las limitaciones inherentes a la arquitectura. Ingresa entonces en el campo de la creación artística. Elabora su propio sistema de reglas jugando con los aspectos plásticos. Escapa de las restricciones, encuentra un recurso que le permite alcanzar un concepto ampliado de espacio: un espacio móvil formado por una serie de capas superpuestas que han sido excavadas en la materia y construyen espacios que se cruzan entre sí y permiten al espectador mover la mirada en varios lugares a la vez. Son espacios complejos, sistemas de relaciones de límites variables, cruces de fuerzas y elementos con una poderosa narrativa estructural.
El uso de los materiales limpios, utilizados en las construcciones arquitectónicas, cumple una importante función que enriquece la nitidez discursiva. Son materiales que le son familiares por haberlos utilizado en los proyectos de arquitectura: dibond, PVC y papel de lija para pisos. El dibond -de aluminio- le proporciona un acabado diáfano. El papel de lija -al absorber la luz- produce un efecto muy interesante de brillos y opacidades. Con el empleo de colores primarios, a los cuales añade blanco, negro y matices de grises, genera volúmenes entre los cuales se producen diálogos. Surge así una especie de mapa de metáforas, detonantes de significación y sentido, que definen las relaciones de las escalas en edificios imposibles, ciudades aéreas, cartografías alternativas para ser habitadas y transitadas. La elaboración de cada pieza es el resultado de un proceso creativo que nace primeramente en un dibujo con papel y lápiz. Allí se despliegan la normativa que rige la perspectiva y queda diseñada la estructura de la obra. Luego se pasa a lenguaje digital para iniciar la producción. El punto de partida es el prisma regular, claramente definido en sus límites, de base y secciones rectangulares, el cual posteriormente se va tallando, excavando su geometría para suavizar las aristas y hacerlas menos evidentes. La geometría va perdiendo su regularidad y, de los espacios excavados, nacen nuevos espacios con desniveles, surcos y conexiones entre sí lo cual, a su vez, permite instaurar el movimiento y fluidez que caracteriza a las obras y varía de acuerdo con la superficie más amplia o más angosta en los diferentes niveles. También se jerarquizan: espacios de permanencia, espacios de circulación, espacios de transición, espacios de luz. También las direcciones y relaciones se vuelven más complejas y, en el recorrido de la mirada, es posible entrar y salir de cada área. Los límites comienzan a desaparecer, las escalas dejan de ser evidentes. El sujeto como espectador se convierte en explorador y comienza a establecer sus propias relaciones en diálogo con la obra. Cada quien tiene la libertad de trazar su propia circulación. Son espacios dinámicos y emergentes que se transforman en escenarios múltiples, geografías mixtas en constante mutación, con escalas simultáneas y deslizamientos de recorrido.
La exposición se llevó a cabo en Caracas durante el mes de Marzo del 2017 en los espacios de la Galería Graphicart
Posted by Graphicart on Saturday, January 27, 2018
Lo interesante de este trabajo es cómo el espacio deja de ser forma y pasa a ser un sistema compuesto de relaciones determinadas por las sucesivas capas, las dimensiones, los materiales y las escalas. El espacio ya no es un contexto cerrado sino un conjunto de múltiples espacios, ciudades, edificaciones o alfabetos ocultos dentro del espacio.
Roberto Borberg Graphicart Caracas catalogo