El cabo de Gata es un cabo localizado en el sur de la península ibérica, frente al mar Mediterráneo, perteneciente al municipio de Níjar, en la provincia de Almería, Andalucía, España.
Ptolomeo se refiere al cabo de Gata como Charidemou Acra, que significa «promontorio de las cornalinas». Con posterioridad, Aviano, en su Ora maritima se refiere a él como Iugum Veneris (cabo de Venus), en referencia a la diosa de origen tartesio que los romanos identificaron con Afrodita. Para venerarla levantaron un templo en el Cerro de la Testa.
La abundancia de ágatas en el terreno, que había dado lugar al nombre fenicio, hizo retomarlo durante la Edad Media, siendo conocido como Cabo de las Ágatas. Por contracción fonética, acabó imponiéndose el que es empleado en la actualidad.
La situación de especial aislamiento que ha caracterizado a esta región desde principios del siglo XX ha permitido preservar (excepcionalmente) este enclave natural. Durante la década de 1950, el gobierno español se abstuvo de construir carreteras principales que cruzaran estos parajes, debido a la falta de interés generalizada.
Las Salinas de Cabo de Gata, formada por diversas charcas de escasa profundidad, es uno de los mejores ejemplos de sistema de albufera o laguna rasplaya, reconvertida por el hombre como salina mediterránea, siendo las únicas que quedan en explotación en Andalucía oriental.
Abarca una superficie de 400 hectáreas, paralela a la línea de costa, separada del mar por una playa de tipo “barrera”, desde la playa de San Miguel a la de la Fabriquilla.
Juncales y carrizales predominan en su vegetación facilitando el descanso de aves y nidificación de un conjunto de más de 80 especies de aves, entre las sedentarias, las estacionales, las miradoras de paso y las que sólo se acercan a las salinas para alimentarse: flamenco rosa, entre otros de conforman la fauna.
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