Annie Juret adquiere un recinto amurallado conocido como La Bolata en el pueblo de Sagra. El lugar estaba deshabitado, con casas medio a construir y medio olvidado. Los habitantes de Sagra le llamaban “la Barraca”. Estaba lleno de pavos reales e incluso habían ciervos. Antonio, el antiguo dueño había ido recolectando a lo largo de sus viajes plantas de todo el mundo y las había plantado con el sueño de convertir La Bolata en un Jardín del Edén.
De aquí viene la gran variedad de palmeras, plantas tropicales, plantas frutales y bosque que conforman el Botánico de Sagra. Antonio tuvo un sueño y plantó la semilla. Annie lo convirtió en su proyecto personal de vida. Con su fuerza, su determinación, su amor por las plantas y los animales convirtió un lugar abandonado en un espacio de belleza natural que hoy en día es el Botánico de Sagra.
Desde entonces un grupo de botaniqueros estamos continuando manteniendo el espíritu del lugar. Trabajamos con determinación para preservarlo, mejorarlo y convertirlo en un espacio de felicidad y solidaridad. Estamos mejorando el confort, el bienestar de los interiores. El jardín se está repoblando con plantas exóticas y mediterráneas.
Estamos creando una huerta y un huerto biodinámico y sostenible. Reciclamos el compost de las hojas muertas y lo convertimos en abono para las plantas. Estamos estableciendo acuerdos con los comercios, restaurantes y lugares de interés de la zona para ayudarnos a crear una Marina Alta sostenible, que respeta el medio ambiente y recupera las tradiciones locales que estamos aprendiendo e incorporando al Botánico.
Y sobre todo, queremos compartir este proyecto con nuestros amigos, clientes y vecinos, es decir los que nos enamoramos de este lugar, es decir los Botaniqueros.
Los que se deciden por el mar, dirigen primero sus pasos hasta la localidad de Denia, capital comercial, turística y portuaria por excelencia de la Marina Alta con su castillo medieval como vigía, hoy sede del Museo Arqueológico.
Los que se ganan por la idea del Valle de Laguar, El Barranco del Infierno con sus 6.500 escalones de piedra, sus saltos de agua, cuevas y precipicios que mueren en el río Girona dan paso a un intrincado pasadizo entre rocas de color gris brillante, recreo para los amantes del barranquismo.
El Sagra es Refugio de moriscos en su época, que resistieron en sus parajes hasta su expulsión definitiva, hoy los pequeños pueblos de la zona conservan la tipología urbanística musulmana con sus calles estrechas y pequeños recovecos que alargan su sombra en verano y dan cobijo a los transeúntes.
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