La geometría de la ampliación del puente de Mont-Blanc en Ginebra es el resultado del análisis del sitio y de la voluntad de crear un nuevo espacio para los ciudadanos. El puente actual ha evolucionado desde el siglo XIX adaptándose a las necesidades de la ciudad.
Actualmente es una infraestructura pensada principalmente para vehículos y su geometría representa esta función con claridad.
Sin duda se merece este título, ya que miremos a la izquierda o la derecha, al norte o al sur, como queramos llamarlo, la construcción parece dividir de manera radical a Ginebra. Y de igual manera que la divide, permite que tengamos una visión de 360º de la ciudad.
Por un lado tenemos la impresionante potencia del Jet d’ Eau, que es a Ginebra lo mismo que la Torre Eiffel a París.
Un surtidor que lanza un chorro de agua de nada menos que 140 metros de altura y que es perfectamente visible desde la mayoría de los grandes hoteles y restaurantes que se levantan en la orilla izquierda. Lleva funcionando casi ininterrumpidamente ( solo para en caso de heladas o fuerte viento) desde 1891.
En el mismo embarcadero desde donde disfrutamos las estupendas vistas, a pie de puente, podemos vivir un viaje nostálgico en el histórico vapor «Savoie» para deleitarnos con la imagen de los montes de la Saboya e incluso del mismísimo Mont Blanc, o tomar una de las «mouettes» que a intervalos de diez minutos cruza el lago Leman de lado a lado en un viaje en el que el destino es el propio recorrido. Y al final del lago, el Ródano, que se abre camino hacia el Mar Mediterraneo.
Al otro lado se levanta el casco antiguo, el corazón de Ginebra, donde está su centro comercial, con callejones perfectos para vagar y dejarse tentar por los escaparates de las tiendas o las galerías de arte. Dominando todo, la Catedral de St- Pierre, rodeada de cientos de callejuelas que combinan lo viejo y lo nuevo.
El propio puente ya es lugar de interés por la elegancia de sus líneas y por la manera en que frecuentemente lo engalana el ayuntamiento de Ginebra, con gigantescas banderas que cuelgan sobre el río o grandes macetones de crisantemos. La puesta de sol desde él es incomparable
Fuentes: