El inicio de la construcción de esta Catedral de estilo gótico se remonta al 1 de mayo de 1298, y la obra fue terminada en 1448. Alrededor de 150 años empleados en la creación de la edificación que ahora es denominada “Bien de interés cultural” y desde el 2 de noviembre de 1929, Monumento Histórico-Artístico Nacional.
A finales del siglo XIX, el industrial barcelonés Manuel Girona Agrafel se ofreció a financiar la obra de la fachada y de sus dos torres laterales que fue llevada a cabo según los planes del arquitecto Josep O. Mestres inspirados en el proyecto inicial que ya se había dibujado en el siglo XV. Los hijos del señor Girona completaron la empresa del padre con la construcción del cimborrio, que se finalizó el año 1913.
Este templo guarda devoción por Santa Eulalia, patrona de la ciudad de Barcelona. La catedral cuenta con un claustro gótico en el que viven trece ocas blancas (se cuenta que Eulalia tenía trece años cuando fue ejecutada y que pastoreaba ocas en su predio de Sarrià, cerca de la ciudad).
Con la denominación de barrio gótico se conoce a un conjunto de calles con edificios de origen medieval que se sitúan alrededor de la Catedral. Situado en el corazón del casco antiguo, espacio vital que ha vivido, con el transcurrir del tiempo, una sucesión histórica que ha dejado sus huellas en edificios y en la trama urbana actual.
La catedral mide 90 metros de longitud por 40 de ancho. Está formada por tres naves de la misma altura, la central el doble de ancho que las laterales, las cuales albergan en total otras 17 capillas con arcos apuntados en cada entrada. Con grandes vidrieras, características del estilo gótico, y decorada con numerosas imágenes y pinturas de Santa Eulilia.
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