Ubicado en el valle de Cedrón, al este de Jerusalén, el monte de los olivos es un destino sagrado de enorme significado histórico y espiritual, a donde llegan centenares de personas en todo el mundo en su peregrinación por tierra santa.
El monte de los olivos es un lugar sagrado para muchas religiones. Por aquí caminaba Jesús desde Betania a Jerusalén. Por aquí pasó también Mahoma en su ruta de La Meca a Jerusalén y en la tradición judía se conoce también como el «Monte de la Unción», porque los reyes y los sumos sacerdotes eran ungidos con el aceite obtenido de sus olivos.
Uno de los mayores deseos de todo judío es ser enterrado en el Monte de los Olivos. el Profeta Zacarías (Zacarías 14, 4) anuncia que desde aquí comenzara la resurrección cuando llegue el mesías. Es por eso que ser enterrado en el cementerio judío del Monte de los Olivos es considerado un gran honor, de hecho, ya casi no quedan parcelas debido a su gran demanda.
Al visitar el Monte de los Olivos es imprescindible pasar por la Cúpula de ascensión (se cree que contiene la ultima huella de Jesús en la tierra antes de ascender al cielo), el Jardín de Getsemaní donde Jesús oró a su Padre antes de la crucifixión, admirar los Olivos que se encuentran en la zona (que se estima que tienen una antigüedad de entre mil y dos mil años), la Iglesia de Maria Magadalena y la Iglesia de Dominus Flevit.
A pie del Monte, se encuentra la gruta de Getsemaní, lugar donde Jesús fue traicionado por Judas, para luego ser capturado y llevado a la cruz. La gruta ha sido custodiada por la orden franciscana desde el año 1361. Dentro de la gruta se encuentra el sepulcro de María, lugar donde supuestamente fue enterrada la madre de Jesús.
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