En la histórica ciudad de Jaffa, a pocos kilómetros de Tel Aviv (la segunda ciudad más grande de Israel), se encuentra el santuario de San Pedro, edificado en 1654 sobre una fortaleza medieval y destruida dos veces en el siglo XVIII, su estructura actual se remonta a 1894.
Esta ciudad presencio diversos acontecimientos del apostolado de Pedro: la resurrección de Tabita (Hechos 9:36-43), la hospitalidad de Simón en curtidor, donde Pedro tuvo la visión del lienzo que descendía del cielo y que contenía todo tipo de animales, puros e impuros (Hechos 10:13) y la conversión de Cornelio, el Centurión Romano considerado impuro por los judíos devotos.
Desde 1654 la orden de los Franciscanos custodia el santuario y les daba refugio a los peregrinos que desembarcaban en el puerto de la ciudad. Hoy en día, siguen acogiendo peregrinos, locales e internacionales (por lo general israelíes y estudiantes extranjeros), que se congregan para conocer un poco más la fe cristiana.
La iglesia de San Pedro goza de una viva congregación local y extranjera, las misas se celebran en Inglés, italiano, español, polaco y alemán.
En su interior se puede admirar el púlpito de madera finamente tallado y con forma de árbol, además de los hermosos vitrales y pinturas con escenas evangélicas de Jesús con San Pedro como la milagrosa captura de peces, la entrega de las llaves, la Transfiguración de Cristo y el lavado de pies durante la Última Cena.
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