Ubicada en el centro de la ciudad de Milán, la Basílica de San Ambrosio (Basílica de Sant’Ambrogio en italiano), es una de las iglesias más antiguas de la ciudad.
La basílica erigida en honor al santo italiano, fue consagrada en el año 387 y hasta el día de hoy es considerada una joya arquitectónica de esta ciudad de Italia.
La construcción de este edifício se realizó entre los años 379 y el 386 por por encargo de Ambrosio, obispo de Milán. Se erigió en una zona en la que según se sabia fueron sepultados los cristianos martirizados en la época de las persecusiones romanas. Denominada en un inicio Basilica Martyrum.
Con el paso de los años se fue reestructurando y agregando diseños nuevos a su arquitectura, recién entre los años 1088 y 1099 tomó su aspecto definitivo por orden del obispo Anselmo.
Debajo del púlpito se encuentra el Sarcófago de Stilicho, una obra maestra del siglo XIV compuesta por detallados relieves religiosos. En la cripta de la basílica se exponen los esqueletos de San Ambrosio, San Gervasio y San Protasio vestidos con sus mejores galas.
Al final de la nave sur se encuentra el Sacello di San Vittore, una capilla anterior a la primera basílica.
Historia entretenida y sus vinculaciones:
San Ambrosio y San Agustin.
Fue en Milán donde se produjo la última etapa antes de la conversión de Agustín al cristianismo.
Empezó a asistir como catecúmeno a las celebraciones litúrgicas del obispo Ambrosio, quedando admirado de sus prédicas y su corazón. Fue Ambrosio quien le hizo conocer los escritos de Plotino y las epístolas de Pablo de Tarso. Por medio de estos escritos se convirtió al cristianismo.
Fuentes: