A pesar de su Curioso Nombre, el Puente Nuevo es el más antiguo de todos los puentes que cruzan el río Sena. Fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1991 y se le atribuye su nombre debido a que a diferencia de sus predecesores de madera, este fue el primer puente de piedra de la capital parisina.
Construido entre los años 1587 y 1607 bajo el reinado de Enrique III y posteriormente Enrique IV, el Puente Nuevo tiene 232 metros de longitud y Está situado en el extremo oeste de la Ile de la Cité, la pequeña isla del centro del rio y corazón de la París medieval, conectando con ambas orillas, derecha e izquierda del río Sena.
Como la mayoría de los puentes construidos en esa época, el Pont Neuf está compuesto de una serie de arcos cortos. Además, dispone de aceras para los peatones (las primeras de París) y de «balcones» en forma de semicírculos sobre cada una de las columnas.
El puente resolvía un gran problema para aquella época, los únicos puentes que conectaban a la Ile de la Cité con las orillas del Sena eran de madera y muy poco seguros. No paso mucho tiempo para que los peatones inundaran la edificación y se potenciara el comercio. Los balcones semicirculares donde se gozaba de una vista panorámica de la ciudad fueron pronto acaparadas por los comerciantes y el puente se convirtió en un lugar muy animado.
En conmemoración del muy amado Enrique IV y 4 años después de su asesinato, en 1614 se erigió una estatua en su nombre, la cual fue arrasada durante la Revolución Francesa y posteriormente restaurada en el siglo XIX.
Otro atractivo del Puente Nuevo (si se le puede llamar atractivo ya que da un poco de miedo) son sus 385 mascarones tallados A lo largo de su cornisa por el escultor francés Germain Pilon.
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