Tener seguridad financiera en tiempos como los que estamos viviendo no es cosa fácil. Sin embargo, haciendo una adecuada planificación de sus ingresos usted podrá estar tranquilo ya que usted y su familia estarán seguros ante cualquier situación que eventualmente podría llegarles a ocurrir.
Que es lo que solemos desear cada año nuevo cuando celebramos las 12 campanadas…? SALUD, DINERO y AMOR… verdad… La SALUD es lo prioritario en nuestras vidas. Cuidar de ella es fundamental. Llevar una vida sana, comer de manera balanceada, ejercitarse regularmente, evitar excesos, alcohol, tabaco y otras sustancias que alteran nuestra química es parte de lo que debemos hacer. Pero hay situaciones que no podemos predecir. Allí es donde, tener una buena póliza de Seguro de Salud es FUNDAMENTAL.

Un Seguro de Salud que le garantice cobertura en cualquier lugar del mundo donde usted se encuentre es PRIORITARIO. Existen muchas compañías en el mercado que ofrecen diferentes productos, con distintas coberturas, deducibles etc. Es bueno, entonces aclarar algunos términos que debemos manejar:

Riesgo:
Es la posibilidad de que se produzca un contratiempo o una desgracia o de que alguien o algo sufra perjuicio o daño. La Ley del Contrato de Seguro define el Riesgo como el suceso futuro e incierto que no depende exclusivamente de la voluntad del tomador, del asegurado o del beneficiario, y cuya materialización da origen a la obligación de la empresa de seguros.
Siniestro:
Un siniestro es, en la terminología de empresas de seguros, la ocurrencia de un suceso amparado en la póliza de seguros, comenzando las obligaciones a cargo del asegurador. Las mismas en la mayor parte de los casos es el pago de una cantidad de dinero, pudiendo tratarse también de una prestación de servicios, asistencia médica, jurídica, reparación de un daño, etc.
Cobertura:
Es el monto por el que usted y los miembros de su familia, amparados bajo la póliza, están cubierto anualmente.

Deducible:
El deducible es la parte que se “sustrae” del pago que hace la aseguradora por la pérdida sufrida por el asegurado. Tradicionalmente, en el contrato de los seguros, los deducibles tienen la función de repartir el riesgo entre los asegurados (el cliente) y las aseguradoras. De esa forma, cuando ocurre una pérdida, el asegurado paga una porción de esta de su bolsillo, siendo esa porción lo que se conoce como deducible.