Un aventurero lituano de nombre Darius Sasnauskas, cuando se encontraba en el patio de su casa cerca del parque nacional Yellowstone en Estados Unidos, fue un flamante testigo del nacimiento de dos ciervos. Lastimosamente uno de los pequeños ciervos fue herido en su pata, ya no pudo seguir a su familia, por lo que fue abandonado a su suerte.

Tenia muy pocas posibilidades de sobrevivir sola ya que se encontraba en un sitio donde abundan los depredadores, entonces Darius decidió llevarlo a su casa, el no apoya la cría de animales salvajes como mascotas, pero en esa ocasión decidió hacer una excepción. 
Fue un trabajo difícil y de mucha lucha, pero la cierva pudo curarse.
Le hizo un refuerzo para la pata con una caja de harina de avena.

Le daba de comer cada 4 horas, y su perro ayudaba lamiendo su herida.
de a poco aprendió a caminar devuelta.
Ya se acostumbro a mi y me sigue en todos lados, pero nadie puede sustituir a su verdadera madre.
Intento liberarla muchas veces pero siempre volvía.
Finalmente la madre apareció y la cierva se reunió con su familia, después de unos meses Darius la vio sana y fuerte.
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