El caballo losino, también conocido como jaca burgalesa o poni losino, es la única raza equina autóctona de Castilla. Esta raza es oriunda del Valle de Losa, que le da nombre, y se encuentran ejemplares de esta raza en las provincias castellanas de Palencia y Burgos, en la meseta norte de la península Ibérica.
Los caballos de esta raza son utilizados para la equitación infantil-juvenil, en enganches y para realizar las rutas ecuestres por zonas rurales y de montaña. El caballo losino es uno de los tres tipos equinos autóctonos de la Península Ibérica, siendo el de mayor pureza de todas las razas de caballo de la Península.
Jugó un papel importante en la época de la Reconquista de España y posteriormente en la Conquista de América como caballo de combate y por su tamaño mas fácil de transportar en embarcaciones.
La raza Losina mantuvo sus efectivos hasta los años 50 pero posteriormente, y debido principalmente a la mecanización del campo, el cruce con razas cárnicas y con ganado asnal para la producción mulatera, su población descendió hasta llegar en 1986 a los límites más críticos de su historia. Hoy en día se encuentra en peligro de extinción, solo quedan 300 ejemplares puros.
La raza es de color negro, del tono llamado morcillo (ligeramente rojizo). Ese color se hace más evidente durante los meses invernales en los adultos. Es un caballo de aspecto algo rústico, pero igualmente elegante y refinado. Muy resistente, noble y tranquilo una vez que se le ha entrenado.
El losino puede ser utilizado en labores agrícolas del campo y del monte. Su presencia puede ayudar en la conservación de los bosques dada su capacidad como animales ramoneadores, posibilitando la eliminación de rozas y otros materiales orgánicos combustibles, evitando los incendios forestales.
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